El Servicio de Información del organismo entrerriano destacó que la humedad reinante mejoró la condición de los suelos, pero las lluvias de junio fueron escasas.
Dada la época del año, la sobreabundancia de lluvias de finales de mayo y la posterior persistencia del ambiente húmedo, permitió que los suelos incorporen en forma eficiente la carga pluvial, más allá de los excesos iniciales.
Durante las últimas dos semanas no se han registrado precipitaciones. Los registros que detectan las estaciones automáticas, quedan vinculados a lloviznas o condensaciones menores, pero no ha habido eventos pluviales medibles con instrumentos convencionales.
Esto generó cierto potencial pluvial y se concretaron algunas lluvias en los departamentos del oeste y del norte provincial, en general con registros que no superaron los cinco milímetros.
Las reservas de humedad se mantienen mayoritariamente en niveles óptimos, ajustándose hacia el norte. Gran parte del centro norte de Corrientes, norte de Santa Fe y norte de Entre Ríos, presentan esta situación hídrica más austera. No hay condicionantes de peso en las zonas donde la implantación de la fina es importante.
Si bien se espera que el ambiente se mantenga húmedo y con posibilidad de que los amaneceres con neblinas y bancos de niebla se vuelvan recurrentes, no se perfilan lluvias destacadas para los próximos días. Eventualmente entre el lunes y el martes próximo, las precipitaciones pueden reaparecer con milimetrajes bajos.
De mantenerse este patrón pluvial, en términos estrictamente meteorológicos, el mes de junio podría cerrar con registros por debajo de los valores normales. Dada la coyuntura hídrica que atraviesa la provincia, en términos agronómicos, esto no genera ningún impacto. Difícilmente tengamos un julio que se repita en lluvias escasas. Fuente: Agroreporte
