Valeria Gómez, delegada de AGMER, envió una nota a la redacción de Periodismo Basavilbaso. La misma, titulada “Trabajadores desamparados ante la burocracia del sistema, no hay margen de error cuando de derechos se trata” desnuda los fallos que desenmascaró la pandemia dentro del Estado.

“Las políticas de ajuste y hambre de los cuatro años de macrismo sumados a la pandemia y Emergencia Sanitaria, puso en evidencia las desigualdades que subyacen en nuestro país, y también la precariedad del sistema y la burocracia que sufren lxs trabajadorxs formales e informales.

El Estado Nacional, desplegó una batería de medidas para paliar este momento particular y poder enfrentar esta difícil situación económica, que se profundizó durante los meses que lleva adelante el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio.

Uno de ellos es el IFE para trabajadores y trabajadoras informales y monotributistas de las primeras categorías cuyo requisito principal es que el titular o su grupo familiar no perciba ningún ingreso proveniente de trabajo en relación de dependencia en el sector público o privado, es compatible con la AUH.

Sin embargo, este derecho que surge de la emergencia, se ha visto vulnerado para muchos y muchas trabajadoras del sector docente dependientes del CGE provincial que han cesado en sus suplencias y que no perciben ningún tipo de salario. Dichos trabajadores no pueden ser beneficiarios del IFE porque para el sistema de ANSES figuran como empleados del CGE, aunque hayan cesado, y aunque no perciban ningún tipo de salario.

Para nombrar un caso: una compañera X de Concepción del Uruguay que tomó 2 hs cátedras en mayo del año 2019 y cesó en agosto del mismo año, por lo que al momento no percibe ningún salario del CGE, tampoco puede ser beneficiaria del IFE y lo que es más grave en abril de 2020 no percibió tampoco la AUH que le corresponde por estar sin trabajo registrado, ella y el padre de lxs niñxs.

Presentado el reclamo al sindicato y con toda la buena predisposición de lxs compañerxs en solucionar este y otros reclamos similares, se constata que el CGE liquidó erróneamente un proporcional de SAC que no correspondía de $137, sí $137 y por este irrisorio y erróneo monto liquidado, desde ANSES le deniegan IFE Y AUH. Y desde una y otra parte, ANSES Y CGE, se deslindan la responsabilidad de que la compañera X, sin trabajo, no pueda percibir estos derechos que le corresponden.

¿En dónde radica el problema? 

En que los trabajadores somos solo un algoritmo en el sistema del CGE, nos cargan, nos dan de baja, pero seguimos figurando como empleados del estado provincial, aun no percibiendo un salario, y para el ANSES también somos solo un algoritmo, porque automáticamente al presentarse esta situación, no se detienen a revisar la particularidad, sino que descartan el caso.

Como el caso real de la compañera x, que hace seis meses está trabajando de manera informal para poder subsistir sin ningún ayuda del Estado por error u omisión del CGE y de ANSES, hay muchxs compañerxs en la ciudad, en la provincia y en el país. Compañerxs y compañeras que viven con mucha angustia el hecho de querer trabajar, no poder hacerlo y sentirse desamparados x el sistema y el Estado.

¿De quién es la responsabilidad de que esto se solucione?

De ambas partes, principalmente de la voluntad política de enmendar el error desde liquidaciones del CGE, y de que su titular tenga la voluntad política junto a los titulares de las UDAI de ANSES de tomar decisiones en la administración para que nunca más un trabajador y una trabajadora sea vulnerado en sus derechos, menos aún en situaciones como las          que estamos viviendo a nivel mundial y en particular en nuestro país.

Si de derechos se trata no hay margen de error. Los y las trabajadoras no queremos ser un número más en el sistema.

Podrán decir que no estaban preparados, que están actuando sobre la marcha, pero cuando uno asume tamaña responsabilidad de estar al frente de lugares tan sensibles como la educación o la seguridad social no hay margen para errores y no hay tiempo que no corra para que las cosas se hagan con la celeridad y la sensibilidad que corresponde.

Queremos funcionarios a tono con los tiempos que nos tocan afrontar como humanidad, con errores sí, típico de humanos, pero que tengan el tacto suficiente para poder actuar en la particularidad y tomar decisiones que solo redunden en el cumplimiento de derechos de los y las trabajadoras”.