Trump apunta contra las exportaciones argentinas: “No más carne desde la Argentina”

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En medio de la guerra comercial que mantiene con China, el expresidente Donald Trump, a través de su secretaria de Agricultura, lanzó una advertencia directa contra las importaciones de carne argentina. La medida genera preocupación en el Gobierno de Milei y en el sector exportador nacional.

En una nueva escalada de su retórica proteccionista, Donald Trump —favorito en las encuestas para las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos— volvió a tensar el comercio internacional con declaraciones que golpean de lleno a la Argentina. Esta vez, fue su secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, quien afirmó con firmeza: “Vamos a poner a Estados Unidos primero; no a la carne desde la Argentina”. La frase se dio en el marco de una entrevista con Fox News, donde la funcionaria defendió los recientes aumentos de aranceles dispuestos por la Casa Blanca en plena guerra comercial con China.

Si bien el presidente Javier Milei mantiene una relación cordial con el magnate republicano, la embestida contra las exportaciones argentinas deja en evidencia que, en los hechos, los intereses nacionales están lejos de estar resguardados. Lejos de un vínculo de “alianza estratégica”, lo que se impone es la lógica dura del “America First” que, una vez más, deja al país en el margen de las decisiones globales. El sector ganadero y exportador encendió las alertas: Estados Unidos es un mercado clave, y perder competitividad frente a países como Canadá y México puede generar un golpe directo al empleo y la producción local.

El gobierno argentino, a través de Cancillería, ya inició contactos con Washington para intentar frenar la embestida arancelaria. Sin embargo, los gestos de subordinación ideológica del oficialismo argentino no parecen tener impacto real frente a la agenda comercial de Trump, que avanza sin contemplaciones. Analistas advierten que esta política podría dejar a la Argentina sin herramientas para negociar, en un contexto donde el margen de maniobra es cada vez más estrecho.
Desde el sector privado, la preocupación es concreta: productos como la carne, el maní y otros bienes con potencial competitivo podrían perder terreno rápidamente si no se asegura un trato preferencial. “Argentina queda competitivamente igual que antes de las medidas, salvo en acero, aluminio, autopartes y productos que compiten con Canadá y México”, advirtió Fernando Landa, titular de la Cámara de Exportadores.

En definitiva, lo que está en juego es el lugar de la Argentina en el tablero internacional. Frente a la crudeza de las reglas del juego global, y a un gobierno que parece más preocupado por alinearse políticamente que por defender los intereses económicos del país, los próximos meses serán clave para saber si el país logra sostener su presencia en los mercados o si se resigna, una vez más, al rol de espectador.