Carlos Tévez llego a Rosario para asumir como director técnico de Central, un club cuyos hinchas lo reciben con la esperanza de que saque al equipo del fondo de la tabla, pero también divididos en medio de una polémica por su identificación como ícono de Boca Juniors y por su cercanía con el expresidente Mauricio Macri.
El «Apache»,recibido por el vicepresidente primero del club «canalla», Ricardo Carloni -a cargo de la Presidencia por la licencia médica del presidente Rodolfo Di Pollina-, y por el secretario técnico, Raúl Gordillo, para firmar el contrato.
Luego Tevez se dirigió con su cuerpo técnico y los anfitriones hasta el predio de la localidad santafesina de Arroyo Seco, situado 35 kilómetros al sur de Rosario, a la vera de la autopista a Buenos Aires, donde fue presentado al plantel profesional, con el que compartirán un almuerzo.
El plantel descansará en el hotel del predio y Tévez dirigirá su primera práctica junto a su cuerpo técnico, integrado por el ayudante de campo Carlos «Chapa» Retegui, el preparador físico Martín Traversi, y sus hermanos Miguel, Diego y Adrián Tévez.
Por su parte, Carlos del Frade, diputado del Frente Social y Popular y excandidato a vicepresidente del club auriazul, dijo esta mañana a Télam que «Rosario Central es mucho más que un negocio: no somos una plataforma de negocios ni una cáscara vacía», en abierta oposición a la llegada de Tévez.
Del Frade participó ayer de una asamblea de socios e hinchas «canallas» en la sede fundacional del club, en el Cruce Alberdi, en donde «medio centenar de personas nos reunimos para delinear un plan de acción en función a la no privatización definitiva de la institución», sostuvo el periodista y escritor rosarino.
