Sergio Carlin: Recordando a un maestro.

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La sorpresiva muerte de Sergio Carlín causó en su momento un profundo dolor en la comunidad de Basavilbaso ya que se trató de una de las figuras más conocidas, tanto en lo político, social y deportivo.

De paseo por Europa, con su hermano y una familia amiga de la ciudad, la muerte lo sorprendió en Italia.
Sergio se había retirado de la función pública y se había propuesto disfrutar de un nuevo tiempo que casi no pudo.
Hablar de Sergio Carlin es hablar de la historia de nuestra generación, seguramente uno de los protagonistas más destacado.

Controvertido, polémico, verborrágico, “bocón”, fueron atributos que en general le cedía la mayoría o quienes lo conocimos más a fondo, además, también debemos decir que fue una persona lúcida, inteligente, militante y pensante.
Recordarlo significa evocar, en principio, la época gloriosa del básquet en Basavilbaso. Con su conducción, los equipos locales lograron las primeras grandes victorias y los jóvenes de la época encontraban un ámbito donde desarrollarse.

Fue también símbolo de la resistencia peronista de los años 70, años que, como le gustaba definir a él, eran los del “luche y vuelve”, especialmente desde los sectores juveniles que estaban en la ciudad de La Plata.
Fue en la capital de la provincia de Buenos Aires que conoció y entabló amistad con Néstor y Cristina Kirchner, amistad reconocida por ambos mandatarios en distintas ocasiones.

Con el advenimiento de la democracia y de regreso a su ciudad, Sergio comienza con su pasión: la militancia peronista. Tiempos difíciles para el Justicialismo ya que en 1983 gana Raúl Alfonsín en la Nación y Sergio Montiel en la provincia, fiel a su vocación y convicción, primero propone crear una escuela de formación política para todos los jóvenes que frecuentábamos con él y, al mismo tiempo, desde la Federación Agraria (delegación Basavilbaso) militar por sus ideas, no otras que las ideas de Perón y Evita.

Como ya se sabe, recuperado el poder en Entre Ríos de la mano de Jorge Busti, empieza a ocupar cargos gubernamentales, entre ellos Consejo del Menor e Instituto del Seguro.
En el período que le tocó gobernar Basavilbaso a Julio Aldáz, Sergio ocupó la Secretaría de Gobierno.
Mucho se puede escribir sobre sus actos de gobierno, podremos coincidir o disentir pero de algo estamos seguros: siempre actuó con seguridad y transparencia, valores que estuvieron por encima de otros a la hora de tomar una determinación.

Sergio Carlín, un hombre con sus características personales bien definidas. Te gustaba o no, lo aceptabas o no, discutías o no, él era así, siempre fue así.

Desde aquel 8 de octubre de 2012, seguramente, en el cielo debe haber una especie de revolución. Ya los viejos conocidos deben estar escuchando el trueno de su voz. Peronistas y radicales, los de izquierda o derecha, todos, comentando que llegó Sergio Carlín, y como lo conocen de los tiempos de la tierra, empezarán a abrir Unidades Básicas o Comités para, por sobre todas las cosas, discutir y pensar.