Según una consultora, 2,8 millones habrían falseado su declaración jurada para cobrar el IFE

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Un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) expone fallas en el diseño del plan. Habla de “derroche” y de “filtraciones de recursos”. Lo más cuestionado: poder considerarse como hogar unipersonal con una simple declaración.

Esta semana el Gobierno nacional comienza a pagar la tercera etapa del ingreso familiar de emergencia (IFE), el programa que se implementó con el inicio de la pandemia de coronavirus para asistir con 10 mil pesos a los sectores informales, los más castigados económicamente por la cuarentena.

Las dos primeras versiones llegaron a 8,8 millones y 7,8 millones de personas, respectivamente (incluyendo los beneficiarios de las asignaciones universales por hijo y por embarazo); y se espera que la actual alcance a un número cercano a los siete millones.

Más allá de la imperiosa e innegable necesidad de un aporte estatal extra para reforzar las finanzas de millones de argentinos que no pudieron (y aún no pueden) trabajar, o que vieron caer drásticamente sus ingresos producto de las restricciones derivadas de la pandemia, el plan tiene fisuras que se ven expuestas en un informe elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).

En la publicación, titulada “¿Por qué el IFE no es eficiente?”, Idesa dice que “existen fallas en su diseño que llevan al derroche y a filtraciones de recursos” y que estos problemas “deberían ser tenidos en cuenta, especialmente ante la débil situación fiscal actual”.

Más aún si, como se especula, el IFE será la base de un plan de auxilio permanente: el ingreso básico universal (IBU).

El principal error no es de cobertura, sino de focalización, dice el informe de la consultora presidida por el economista Jorge Colina y cuya directora ejecutiva es la actual secretaria de Planeamiento y Modernización de la Municipalidad de Córdoba, Alejandra Torres.

El planteo de la consultora es amplio y expone varios problemas que, en la mayoría de los casos, se vinculan con lo que califica como “información defectuosa” que se usó para elaborar la base de datos y con una “evaluación imperfecta” de las necesidades de los beneficiarios.

Según Idesa, por esto se vio desbordada la estimación inicial de un universo de entre 3,6 y 4 millones de potenciales receptores.

El talón de Aquiles

Para Idesa, lo más cuestionable de todo el programa es que le dio a cada persona la posibilidad de considerarse como grupo familiar unipersonal a través de una simple declaración jurada.

Según la Anses, “el grupo familiar podrá considerarse unipersonal por declaración jurada del solicitante” que, si tiene menos de 25 años, para recibir el beneficio, “deberá acreditar un domicilio de residencia distinto al de sus padres para que se lo asimile a un grupo familiar unipersonal”. “En caso de que más de una persona de un mismo grupo soliciten la prestación, se dará prioridad a la mujer”, dice el organismo oficial.

De acuerdo con el último reporte de Anses, resultaron beneficiados en el IFE I 4,1 millones de hogares unipersonales, el 46 por ciento del conjunto de receptores (el 64 por ciento si se separa del cálculo a los beneficiarios de la AUH). “Sin embargo, esa cifra dista mucho de lo relevado por Indec en la encuesta permanente de hogares (EPH)”, dice Idesa.

Según el cálculo de la consultora, extrapolando los datos de la población urbana de la EPH a la total del país, se llega a algo más de 1,3 millones de hogares unipersonales.

Esto es una tercera parte de los beneficios efectivamente liquidados en ese perfil de receptores (4,1 millones).

Para Idesa, “claramente hubo una tendencia a emitir una falsa declaración jurada de muchas personas para poder hacerse con el beneficio”, por lo que “numerosos hogares recibieron más de un ingreso familiar”, cuando uno de los requisitos era que lo recibiera una única persona por hogar.

La otra posibilidad es que “haya habido personas que, perteneciendo a una familia no vulnerable, tras identificarse (por declaración jurada) en situación de hogar unipersonal, hayan pasado a calificar para el beneficio, debido a que no poseen ingresos propios o estos sean inferiores al máximo de 33.750 pesos”.

Los números de Idesa coinciden con un informe de abril de la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía de la Nación realizado a propósito del IFE titulado “Análisis y desafíos para la transferencia de ingresos a trabajadores precarios”.

Allí se expone, al caracterizar la población potencialmente beneficiaria por la cantidad de miembros, que sólo el 13,4 por ciento reside en hogares unipersonales. El estudio toma como base la EPH del tercer trimestre de 2019.

Patrón de edad

Dividiendo a las personas que conforman hogares unipersonales por tramos de edad, de acuerdo con la EPH (extrapolada a todo el país por Idesa), hay en Argentina 119 mil personas entre 18 y 24 años que estaban (al primer trimestre de 2020) desocupadas, inactivas u ocupadas ganando ingresos menores al máximo establecido para calificar para el IFE.

Sin embargo, en ese rango etario, recibieron la ayuda un total de 1,7 millones, que son los que declararon vivir en hogares unipersonales.

Algo similar ocurrió para el tramo de edad que va de 25 a 34 años, donde el cálculo de Idesa –con base en Indec– arriba a 248 mil hogares, pero en el IFE se multiplican por cinco: 1,1 millones recibieron el beneficio.

La tendencia es menos pronunciada en el resto de los rangos de edad e incluso se invierte levemente en el último tramo etario.

“Un gran número de beneficios fueron otorgados a hogares que no estaban planteados en el objetivo de este programa, lo que lleva a una gran ineficiencia”, dice Idesa.

“Se podrían haber obtenido los mismos resultados sociales a un costo menor, o se podría haber entregado un monto más alto a la población objetivo, con el mismo costo para el Estado”, agrega.

Otro de los puntos débiles que denuncia Idesa es que aunque se hicieron cruzamientos de información con Afip, Migraciones, registros de propiedad y automóviles y otras bases (al menos eso es lo que se informó desde la Anses), “quedaron afuera datos provinciales y municipales que hubieran aportado sobre la riqueza o ingresos de las personas”.

Por ejemplo, Idesa entiende que Anses cruzó la base con beneficiarios con los inmuebles declarados en el pago del Impuesto a los Bienes Personales, pero no lo hizo con los asentados en los registros provinciales, lo que hubiera permitido delimitar la masividad del pago.

En Córdoba, se entregaron 346 mil IFE en hogares unipersonales

En Córdoba, Anses liquidó en el primer pago del ingreso familiar de emergencia (IFE I) 346.081 beneficios en hogares unipersonales, sin contar los abonados junto con la asignación universal por hijo (AUH).

Si bien no hay datos estadísticos a nivel provincial recientes (hay que remontarse al censo de 2010 para obtenerlos), se advierte que la diferencia que Idesa plantea a nivel nacional se observa también en el contexto cordobés.

Según el censo de 2001, los hogares unipersonales de toda la provincia de Córdoba eran 135,7 mil; y en 2010, 188,7 mil. De haber crecido este segmento en la última década en la misma proporción que lo hizo en la anterior, no serían más de 262,3 mil.

Por otra parte, la cifra está sobreestimada, porque habría que discriminar a aquellos que están ocupados y ganan más que el requisito de ingresos tope para entrar al programa.

El dato más próximo en el tiempo es el de la última encuesta permanente de hogares (EPH), que dice que en el primer trimestre de 2020 en el Gran Córdoba (no en toda la provincia) había 137.120 hogares unipersonales, el 25,06 por ciento del total (547.155). En este caso, también sin discernir si están o no con trabajo.

La misma encuesta muestra que en el promedio del total de los aglomerados urbanos, el 21 por ciento de los hogares están compuestos por una sola persona.

A la gran mayoría (el 62,5 por ciento) lo integran entre dos y cuatro personas; y el 16,5 por ciento está compuesto por cinco o más.

Una de las ciudades con porcentaje más alto de hogares unipersonales es Bahía Blanca, con el 31 por ciento.

Del otro lado del ranking está la mayoría de los centros urbanos del noreste argentino.

En efecto, el NEA, en promedio, tiene sólo el 14,7 por ciento de sus hogares conformados por un único individuo.

A partir de este lunes comienza el pago de la tercera tanda del ingreso familiar de emergencia (IFE) de $ 10.000 pesos. En esta fase, el pago se abonará en conjunto con el cronograma de pago de la asignación universal por hijo (AUH).

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