Un proyecto de ley propone que en todas las escuelas secundarias de la provincia, estatales y privadas, se implemente la Campaña Provincial de Concientización para “potenciar las formas de uso críticas, creativas y reflexivas de teléfonos móviles, Inteligencia Artificial (IA), redes sociales, plataformas de juego online y diversas plataformas virtuales para mitigar su uso excesivo y problemático”. Busca “mitigar el impacto negativo” del uso excesivo de algunas TIC.
Un proyecto de ley que ingresó este miércoles a la Cámara de Diputados de la provincia, propone que se instituya “en todas las instituciones educativas de nivel secundario de la provincia de Entre Ríos, tanto de gestión estatal y gestión privada, la ‘Campaña Provincial de Concientización para potenciar las formas de uso críticas, creativas y reflexivas de teléfonos móviles, Inteligencia Artificial (IA), redes sociales, plataformas de juego online y diversas plataformas virtuales para mitigar su uso excesivo y problemático’”.
En el proyecto se destacó que en el actual contexto quedó “de manifiesto la valiosa oportunidad que tienen las instituciones de desarrollar un proyecto de contención integral, donde el Estado desempeñe un rol activo como garante de una educación digital inclusiva y consciente. Es esencial ofrecer a las y los jóvenes herramientas que les permitan comprender y gestionar de manera saludable el uso de los dispositivos móviles y las tecnologías digitales en su vida cotidiana, destacando también el enorme potencial que estas tienen para su desarrollo personal y académico”.
El autor del proyecto, el diputado peronista, José María Kramer, precisó que el objeto del proyecto consiste en “mitigar el impacto negativo derivado del uso excesivo de algunas de las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)”.
En los fundamentos, Kramer expresó “… la creciente preocupación por el impacto que el uso excesivo o inadecuado de teléfonos móviles, inteligencia artificial (IA), redes sociales, plataformas de juego en línea y otras plataformas virtuales —todas ellas comprendidas dentro de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)— está teniendo en el desarrollo y bienestar de los adolescentes”.
Destacó que “uno de los hechos más significativos que puso de manifiesto esta realidad fue la pandemia de Covid-19, que evidenció el papel imprescindible de los servicios de conectividad e Internet, tanto para actividades cotidianas de recreación e intercambio como para garantizar la continuidad de los procesos socioeducativos”.
No obstante, entendió que “si bien estas tecnologías ofrecen valiosas oportunidades para que niños, niñas y adolescentes desarrollen su curiosidad, creatividad, capacidad de comunicación y aprendizaje, también conllevan riesgos que no deben ser subestimados. En este contexto, cabe destacar que el consumo mediático en Argentina creció un 31% durante los primeros meses de la pandemia. Al igual que en muchos otros países, la televisión fue la principal fuente de información (62,3%), seguida por las redes sociales (57,8%) y los medios digitales (47,5%)”.
Kramer sostuvo que “Internet y las TIC constituyen recursos poderosos, pero su aprovechamiento seguro requiere estrategias de protección que permitan enfrentar los desafíos propios de los entornos digitales. En este contexto, el concepto de ‘ciudadanía digital’ adquiere un papel central, ya que se refiere tanto a nuestras actitudes y comportamientos en dichos espacios como a los derechos y responsabilidades que allí ejercemos”.
También indicó que el concepto de “ciudadanía digital implica un conjunto de competencias que permiten acceder, comprender, evaluar, utilizar, crear y compartir información y contenidos en diversos formatos. Estas habilidades deben ejercerse de manera crítica, ética y eficaz, con el propósito de participar activamente en la vida personal, profesional y social. Promover estas competencias desde el ámbito educativo es fundamental para formar ciudadanos”.
Tras citar informes y estudios recientes en la problemática, señaló que “estos argumentos se centran, principalmente, en el deterioro del bienestar psicosocial desde la adopción masiva de smartphones y redes sociales, un proceso que se intensificó aproximadamente entre 2010 y 2015. La infancia y la adolescencia han sido profundamente transformadas por la omnipresencia de los smartphones y las redes sociales. Se ha transitado de una infancia centrada en el juego libre y la interacción cara a cara a lo que algunos especialistas denominan una ‘infancia basada en el teléfono’”.
También señaló que “las plataformas digitales exponen a los jóvenes a una constante comparación social, al ciberacoso, al perfeccionismo y al miedo a quedar excluidos (Fear of Missing Out o FOMO), factores que contribuyen significativamente al deterioro de su salud mental. Asimismo, se ha demostrado que el uso de pantallas, especialmente antes de dormir, interfiere con la cantidad y calidad del sueño en los adolescentes. La luz azul que emiten los dispositivos suprime la producción de melatonina —la hormona que regula el ciclo del sueño—, mientras que el contenido estimulante o socialmente demandante mantiene a los jóvenes en estado de alerta”.
El legislador aportó que “el tiempo excesivo dedicado a las pantallas desplaza otras actividades fundamentales para el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes, como el juego libre al aire libre, la práctica de deportes, las expresiones artísticas y la interacción social no estructurada con sus pares. Estas experiencias son esenciales para aprender a asumir riesgos calculados, resolver problemas, cooperar con otros y desarrollar resiliencia. Su ausencia priva a los jóvenes de oportunidades clave para prepararse adecuadamente frente a los desafíos del mundo adulto”. (APFDigital)
