Preservar nuestro pasado

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Hubo un tiempo en que todo en nuestro pueblo se movió a tracción de sangre.
Eso fue así durante el siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX
Testigos de ese pasado son las argollas que sirvieron para atar caballos, las que aún podemos ver en algunos sectores de Basavilbaso y a las que debemos, entre todos, conservar como patrimonio histórico y cultural.