“Me está echando la pandemia. Ser senador es hablar con gente y andar por todos lados. Estoy amenazado por todos lados: por la vejez y por mi enfermedad. Si mañana aparece una vacuna yo no me puedo vacunar”, agregó el dirigente del Frente Amplio (FA), que será reemplazado por Alejandro Sánchez.
Mujica, quien llegó a la Presidencia siendo uno de los políticos más populares y, a la vez, más resistidos del país por su pasado guerrillero, alcanzó una enorme proyección internacional por mantener un estilo alejado de los protocolos y sus discursos volcados a los valores humanos.
“En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, el odio termina estupidizando porque nos hace perder objetividad ante las cosas, el odio es ciego como el amor, pero el amor es creador y el odio nos destruye”, manifestó el exmandatario.
“La biología impone cambios pero también tiene que haber actitud de cambio de dar oportunidad a nuevas generaciones y ayudar a construir el porvenir”, sumó.
En esa línea, su discurso también fue dirigido a la juventud, a la cual pidió no dejarse vencer pese a las adversidades de la vida.
“He pasado de todo en la vida, estar seis meses atado con alambre con las manos en la espalda, irme de cuerpo por estar en un camión, estar dos años sin que me llevaran a bañarme y tener que bañarme con una taza. He pasado de todo, pero no le tengo odio a nadie y le quiero transmitir a los jóvenes que triunfar en la vida no es ganar sino levantarse cada vez que uno cae”, finalizó.
Durante su adiós, también aseguró que se ve como “un consejero” de sus compañeros del Movimiento de Participación Popular (MPP), una idea que ya había deslizado en 2018, la primera vez que decidió dejar la banca por motivos “personales” y “cansancio de largo viaje”.
La decisión de dejar la actividad parlamentaria también fue compartida por Sanguinetti, el líder de la restauración democrática después de 12 años de dictadura (1973-1985) y dos veces presidente de Uruguay por el PC.