–Tu nombre está lanzado para integrar la lista de Rogelio Frigerio en segundo lugar. ¿Cómo tomaste esta postulación?
–La verdad, no es mi intención. Yo tengo ganas de trabajar la provincia, de quedarme donde estoy. Tengo intenciones para el 2023 y esta elección es re importante pero me parece que no soy imprescindible. Creo que hay mujeres muy valiosas, hay muchas posibilidades para completar cualquier lista. Pero quiero que sepas que no tengo ningún ofrecimiento concreto. Nadie me ha dicho nada. Se habla mucho, sé que me han medido, sé que se comenta y entiendo que está la posibilidad porque estoy teniendo una participación activa en política. Pero nadie me dijo “Gracia, tenés que ser candidata”.
–¿No es cierto entonces que Enrique Nosiglia te llamó para convencerte, en representación de Evolución?.
–Hablo siempre con el Coti, por el tema Martín Lousteau. Desde hace rato que vengo hablando con él, desde que Martín arrancó a desarrollar su actividad política federal. A mi siempre me gustó su figura, así como también la figura de (Facundo) Manes. Creo que expresan un radicalismo nuevo, oxigenado. Ahí pretendo aportar pero no es que Coti vaya a influenciar demasiado.
–Se supone que un acuerdo con Frigerio implicaría una presencia más activa de estos dirigentes en la provincia.
–Si. Y entiendo que es muy fuerte lo que Martín pueda generar para el espacio de Evolución Entre Ríos. Veo que una lista Frigerio – Jaroslavsky – Benedetti es potente, pero bueno… No es un tema que se haya definido, la verdad, ni que se haya conversado concretamente más allá de las millones de conversaciones que hay.
–Vos decís que hay opciones, pero en el actual escenario de internas en Cambiemos, no hay muchas mujeres para completar las listas. Todos los anotados son varones.
–Te aseguro que voy a trabajar fuertemente para fomentar los liderazgos femeninos, para promover que la mujer a la que le gusta la política avance en autodeterminarse, no que sea un hombre el que te convoque para ir en segundo lugar.
–Cuando finalmente te llamen, ¿qué vas a decir?
–Cuando alguien me diga algo, lo tendré que reflexionar. Yo cuando quiero hacer algo, lo digo. Quiero ser candidata y empiezo a trabajar para eso. Pero lo cierto es que no es mi interés. Si por alguna razón se entiende que tengo que ser yo, lo evaluaré. De todos modos, tengo esperanzas de que se llegue a un acuerdo con los radicales de Construir y que se complete con ellos la lista de unidad.
–¿No potencia a la lista de Juntos por Entre Ríos una contienda en las PASO?
–Yo quisiera que todos los sectores pongan lo mejor que tienen para la mejor lista posible y trabajar juntos para la general. Creo que las PASO, en esta instancia particular, no son buenas. El radicalismo está empezando a revivir, a construir un espacio importante. Hoy en la provincia, como están dadas las cosas, el favorito es Frigerio. La política tiene que empezar a contemplar la voluntad de la gente, analizar qué está mirando la gente. Creo que hoy la prioridad tiene que ser salvar vidas. Hoy una interna entre radicales me parece realmente una payasada. Soy fanática de las PASO, siempre las promuevo, las hago. Pero hoy no es la oportunidad.
–¿Qué posibilidades hay aun de un acuerdo a esta altura del partido?
–Las listas se cierran el último día, a última hora. Hasta ese momento es posible. De todos modos, la verdad es que yo no estoy en ninguna de las instancias de negociación y no tengo ni idea.
–Si te tocara finalmente ser candidata, ¿que agenda pensás que debe priorizar el Congreso de la Nación?
–Tengo la cabeza tan puesta en Entre Ríos que me cuesta, tengo que resetear y conectar con el escenario nacional. Pero fundamentalmente el tema prioritario es la salud, desmitificar la idea que la salud pública es buena, cuando se ha convertido en una catástrofe. La salud tiene que ser la agenda de todos. También hay que discutir la agenda medioambiental porque la Argentina, concretamente, tiene un atraso apabullante.
–Los halcones del PRO creen que está en juego impedir los siete votos “para ser Venezuela”. ¿Qué sentido tiene para vos?
–Es una elección importante pero no es el mundial de fútbol. Es importante, como todas las elecciones, porque se juega el equilibrio entre los poderes. Cuando tenés los números, y con lo presidencialista que es muy fuerte en la Argentina, se complica la división de poderes. Yo soy, de alma, más parlamentarista. Es una elección muy importante, hay que hablar del modelo de país que uno pretende ofrecerle a la sociedad, distinto a la que ofrece este gobierno. Más allá de ángeles y demonios, hay que explicitar ese modelo claramente para que la gente pueda definir su rumbo. Tenemos que representar a la clase media a la que la han hecho bolsa, incluido el gobierno de Macri. Hay que reencontrar el diálogo de la política con la clase media a la que le complicaron la vida con la inflación, los impuestos, las trabas en salud, en educación. La clase media es la sostenedora de la democracia y la república, no me cabe la menor duda. Es la fuerza más importante en defensa de la libertad y el pensamiento. Hay que restaurar ese lazo que se rompió.
–¿Qué planeas para el 2023? ¿Acompañar la boleta de Frigerio otra vez?
–Yo quiero trabajar en Entre Ríos. Como vicegobernadora. Podría ser como gobernadora, no lo descartes. Muchos planes tengo. Mi límite es que no tengo plata.
