Por una reforma tributaria de 2017, promovida por el gobierno de Mauricio Macri, vence en diciembre la asignación específica de fondos para sostener el Incaa (Instituto Nacional de Cine); el Inamu (Instituto Nacional de la Música); el INT (Instituto Nacional del Teatro); la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) y el Fomeca (Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual).
Esos fondos tienen por origen impuestos a determinados juegos de sorteo y concursos deportivos; el impuesto a las entradas de cine y a los videogramas grabados, además del impuesto a los servicios de comunicación audiovisual que prevé la Ley de Medios.
Para evitar que esos fondos dejen de ser asignados a la cultura se presentó un proyecto de ley que demandó varias horas de debate, el miércoles en la Cámara baja. En un recinto colmado de trabajadores de la cultura, reconocidos referentes del mundo del teatro, el cine y la televisión nacional, se aprobó finalmente con 132 votos a favor, 5 en contra y 92 abstenciones. Fue girado al Senado para su sanción definitiva.
Dos legisladoras nacionales por Entre Ríos expusieron posiciones encontradas en el marco de la sesión.
Por un lado, Carolina Gaillard del Frente de Todos, defendió enfáticamente la iniciativa y como exsecretaria de Cultura de Entre Ríos expuso ejemplos locales de lo que significa la asignación específica de fondos para las bibliotecas populares provinciales y municipales, el Festival Internacional de Cine, el proyecto Barriletes entre otras iniciativas.
Puso en valor “este modelo de autonomía y autosustentabilidad” para los organismos de la cultura y contra las voces que impugnaron que la ley sea a 50 años, planteó que la vigencia de estos recursos ya viene siendo extendida en el tiempo en pos de la previsibilidad y la sostenibilidad de las políticas culturales, más allá de los gobiernos de turno. “No estamos inventando nada. Este es un modelo virtuoso que asegura autonomía”, dijo y criticó con dureza a la oposición de Juntos por el Cambio que se dividió entre quienes votaron en contra y quienes se abstuvieron: “Se sonrojan por los 50 años de fondos para la cultura. Y la verdad que cuando tuvieron que endeudar al país por 100 años ahí no se sonrojaron”, disparó.
Gaillard defendió el proyecto con la idea de “soberanía cultural” para que “no sean los CEOS los que decidan qué se puede producir y qué no” y “si el Estado debe gastar o no debe gastar en Cultura”.
La diputada radical Gabriela Lena, por su parte, se abstuvo al momento de votar al igual que los otros diputados entrerrianos de su fuerza política. Para la dirigente de Chajarí está en discusión “si elegimos un Estado que se sigue alejando de una responsabilidad en materia educativa y cultural, financiando planes de hambre, o si apostamos verdaderamente a la educación y a la cultura como instrumento de inclusión y de superación del hombre”.
Aseguró que el asunto en debate “no es una decisión tributaria ni fiscal, es una decisión respecto de cómo la Argentina reconduce su senda hacia el progreso”.
Reclamó debatir “cómo van a ser aplicados esos recursos” y cuestionó que el proyecto comprenda 50 años en un escenario de “imprevisibilidad económica y en un mundo tan cambiante”. Instó a “no hablar sólo para la tribuna, no podemos partidizar la cultura. No se puede utilizar a la cultura como pantalla para el despilfarro”.
Fuente: Página Política