El uso de agrotóxicos en campos cercanos afecta las prácticas agroecológicas

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El Centro de Investigaciones Medioambientales de la Universidad Nacional de La Plata presentó un trabajo que da sustento científico a lo que varios investigadores vienen sosteniendo hace años: es imposible la coexistencia entre la producción convencional tóxico-dependiente y la producción agroecológica de alimentos.

Una investigación elaborada por profesionales del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM) de la Universidad Nacional de La Plata revela que el uso de agrotóxicos en campos linderos a experiencias agroecológicas pone en peligro las formas de producción basadas en el cuidado de la salud y el ambiente.

Para esto realizaron dos campañas de muestreo y se obtuvieron muestras de suelo de La Aurora, establecimiento agrícola ubicado en Benito Juárez, localidad del centro sur de la provincia de Buenos Aires. El campo ocupa 650 hectáreas: allí se cultiva trigo, pasturas y se cría ganadería sin aplicación de agrotóxicos ni alimentación animal basada en transgénicos. La FAO reconoció esa experiencia por sus prácticas agroecológicas. Sin embargo, en los campos vecinos se sigue utilizando la forma convencional de producción basadas en agroquímicos.

“Como resultados relevantes se tiene que en los suelos agroecológicos se encontraron fungicidas usados en la agricultura convencional y los herbicidas como el glifosato, se encontraron a más de 300 metros dentro del campo agroecológico”

En palabras de Damián Marino, uno de los responsable del estudio: “Como resultados relevantes se tiene que en los suelos agroecológicos se encontraron fungicidas usados en la agricultura convencional y los herbicidas como el glifosato, se encontraron a más de 300 metros dentro del campo agroecológico. Glifosato y su metabolito AMPA fueron encontrados de manera generalizada dentro del establecimiento agroecológico, y vale destacar el registro del campo con mas de una década sin uso de esos activos en las fumigaciones”.

“Se encontraron mezclas de distintos plaguicidas en los suelos y en los primeros metros en la zona vecina a los campos vecinos de base química, las muestras presentaron perfiles y concentraciones similares a la agricultura convencional sin ser usados en el lote agroecológico. El glifosato y/o su metabolito AMPA se detectó en todas las muestras del campo agroecológico mostrando condición de PSEUDOPERSISTENCIA, tema de alta preocupación, en suelos agroecológicos poniendo en riesgo los equilibrios ecológicos, base de la producción agroecológica” concluyo Marino.

Los especialistas encontraron glifosato, entre otros químicos, de manera generalizada dentro del establecimiento agroecológico. Destacan que hace más de una década no se utilizan esas sustancias en dicho terreno. Las muestras presentaron perfiles y concentraciones similares a la agricultura convencional sin ser usados en el lote agroecológico.

El estudio lleva la firma de Damián Marino, Constanza Bernasconi, Pablo Demetrio, Lucas Alonso, Tomas Mac Loughlin, Eduardo Cerdá y Santiago Sarandón -los dos últimos, especialistas en agroecología por la red de municipios RENAMA y la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP.

El objetivo fue estudiar, a través de las caracterizaciones espacio-temporales de plaguicidas en suelos, cómo un sistema de producción agroecológica puede verse afectado por uso de agrotóxicos en zonas cercanas.

Resultados poco alentadores 

Las muestras analizadas evidenciaron la presencia de 19 herbicidas (incluyendo tres metabolitos, compuestos orgánicos que participan en las reacciones químicas) y tres fungicidas. Se detectó glifosato y su metabolito AMPA, 2,4-D, atrazina, acetoclor, metsulfuron-metil, desetil-atrazina, epoxiconazol y tebuconazol. Tres o más pesticidas coexistieron en el 93% y el 32% en las producciones convencionales y en la producción agroecológica.

El glifosato y AMPA, con la mayor frecuencia de detección, también representaron el 90% de la carga total de pesticidas en ambos sistemas. Las concentraciones máximas (μg kg -1 peso seco) en los campos de producción convencional y de producción agroecológica, respectivamente, fueron glifosato (1268.92 / 98.93), AMPA (2919.17 / 114.01), seguido de 2,4-D (38.52 / 31.12) y epoxiconazol. (13,35 / 18,41). No se encontraron diferencias temporales significativas en la concentración de glifosato dentro de cada establecimiento, corroborando su pseudopersistencia.

Además, se encontró glifosato en el campo a más de 300 m del límite con los campos de producción convencional. Las concentraciones de glifosato y AMPA están en el orden de las que causan efectos subletales y letales en los organismos del suelo. Estos resultados destacan la movilidad de los plaguicidas, ya que el establecimiento agroecológico se ve afectado por el entorno donde se utilizan plaguicidas, incluso en sitios alejados de la interfaz entre ellos.

Las recomendaciones de los especialistas 

Cada vez son más los establecimientos que adoptan la agricultura basada en la agroecologíabasada en los servicios ecosistémicos y la reducción de insumos químicos esta forma de producción. Sin embargo, se ubican junto a cultivos a los que se aplican pesticidas.

Estos resultados destacan la movilidad de los plaguicidas. “El sistema agroecológico estudiado es alcanzado por plaguicidas, tanto del sistema convencional vecino, como por estar ubicado en una región dominada por el sistema de producción dependiente de plaguicidas.”

Ante el escenario de contaminación confirmado, la recomendación de los profesionales de la ciencia también es precisa: “Se deben adoptar herramientas de manejo que reduzcan el uso de plaguicidas y así proteger los equilibrios ecosistémicos que son la base de la producción agroecológica”.

Fuente: Agencia Tierra Viva