El Consejo Provincial de Cultura a favor del sector cultural independiente

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El Consejo Provincial de Cultura de Entre Ríos, reunido virtualmente el 26 de abril en el
marco de la realidad sanitaria, producto de la pandemia y en medio del incremento de casos
por la intensa circulación del COVID-19, con su segunda ola y nuevas cepas, ha elaborado
esta nota en tanto dé cuenta de la realidad de la actividad cultural de la Provincia.
La actividad cultural no gubernamental de la Provincia de Entre Ríos se encuentra en una
situación crítica, ya que una gran cantidad de personas se ven imposibilitadas de generar
los ingresos básicos para su sustento cotidiano. En este sentido, artistas, gestores
culturales, productores, responsables de espacios culturales independientes, técnicos y
operadores (sonido, luces, escenografía, maquillaje), ven cortada su fuente de ingreso
económico.
Desde este Consejo, creemos que la cultura tiene una dimensión económica que permite
contribuir al desarrollo de los territorios, generando nichos económicos que impactan en
pequeños sectores. Que se imposibilite el acceso a estas fuentes económicas, no
solamente constituye al deterioro de las fuentes de empleo e ingreso a familias, sino
también que se acrecienta aún más la precarización laboral en la que están insertos estos
sectores de la cultura.
Por otra parte, la cultura forma parte esencial de los derechos humanos, no solo descripto a
través de diversos instrumentos jurídicos internacionales como las declaraciones de la
UNESCO o la Carta Interamericana de los Derechos Humanos, sino que también en las
constituciones de la Nación y la Provincia.
Creemos que la actividad cultural es fundamental para generar ciudadanía de calidad y con
fines de integración; las expresiones, los rasgos, las prácticas son elementos que
manifiestan las realidades históricas de los territorios y las cosmovisiones del ser parte.
En ese sentido, es importante que no se restrinjan los canales de expresión artística locales,
que generan la posibilidad de que se ejerzan el derecho cultural de producir en materia
simbólica como también de acceder a esas producciones.
Asimismo, desde este Consejo, como integrantes de un espacio integrador de las áreas de
cultura de los gobiernos locales, y afrontando todos los reclamos justos que recibimos, a veces con cierta molestia y marcada preocupación lógica por parte de responsables de
espacios culturales independientes y artistas en general, ponemos todo a disposición para
planificar políticas culturales que acompañen a todos estos sectores defendiendo y
aportando con el cumplimiento estricto de los protocolos y las medidas sanitarias necesarias
para que no se incrementen aún más los casos positivos de COVID, sin detrimento de la
actividad económica de los sectores culturales.
Solicitamos que las decisiones que involucren al sector de la cultura independiente, sean
con el abordaje territorial que corresponde, entendiendo que las mismas son parte de un
sector económico que no genera contagio, ni circulación masiva que obligue a restringir la
actividad en pos de disminuir la circulación de la población.
Asimismo, estamos convencidos de que las medidas deben ser equitativas y coherentes
para todos los sectores económicos y socio-culturales;en tanto y en cuanto, tengan
similares características en términos de potencialidad o riesgo sanitario.
Creemos que las decisiones administrativas que se adopten como medidas de cuidado, no
solamente deben tener apego a la realidad, sino que deben evitar la arbitrariedad, las
normativas deben prever que su aplicación implica modificaciones estructurales para las
personas alcanzadas por las normas, y por ende, resulta inconveniente que sus anuncios
sean sobre los fines de semana, donde la mayoría de las situaciones se producen.
Por último, es menester señalar, que consideramos lógico que a partir del próximo 3 de
mayo del corriente, se revea la formulación de este paradigma erróneo respecto de la
Cultura, más aún, pensando a la misma desde el rol autogestivo, que se posibilite su
desarrollo en el marco de la equidad social con respecto a otras actividades permitidas; Ya
que las actividad en espacios culturales independientes no son masivas, responden
atentamente a un protocolo que limita detalladamente la capacidad de aforo. Esto redunda
en actividades a las que las personas asisten, disfrutan del espectáculo y se retiran
ordenadamente a sus hogares. Todo demostrado sobradamente en las experiencias de
meses anteriores en que las medidas restrictivas permitieron que los espacios culturales
independientes abrieran sus puerta.