Al conmemorarse hoy el Día Mundial de la Diabetes, el médico especialista en Endocrinología y Metabolismo Sergio Schlimovich, afirmó AIM que “en Argentina, la prevalencia de diabetes es más del 11 por ciento, y continúa creciendo: según la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizada en 2019 por la dirección Nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas no Transmisibles, hubo un incremento de casi tres puntos respecto a la última medición realizada en 2013. Cada año, el número de afectados con esta enfermedad “crece sin parar”. La causa más importante es la obesidad. Según proyecciones de la OMS, la diabetes será la séptima causa de mortalidad en 2030.
El profesional recomendó mantener el peso dentro de los valores normales, “que no solo benefician la prevención de esta patología, sino también de otras enfermedades”. “Es fundamental el apoyo de la familia para comprender los factores de riesgo y los signos y síntomas”.
Según datos de la OMS, la estimación de 2014 es que existirían más de 400 millones de personas en el mundo con esta patología, pero la mitad de ellas no sabe que la tiene. “Si estas cifras ya resultan alarmantes, más lo es el número de pre-diabéticos que llegan a duplicarlas”, advirtió Schlimovich. “Los mismos factores que causan la diabetes en el adulto se han trasladado a los niños”, alertó el profesional.
Pese a los esfuerzos que se realizan en todo el mundo, que van desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Federación Internacional de Diabetes (FID) hasta las asociaciones profesionales locales y organismos gubernamentales, el número de diabéticos no deja de crecer.
En diálogo con esta Agencia, el Experto en Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades señaló que “si no hacemos algo de manera más enérgica, se prevé que esta cifra actual, ya exorbitante, de más de 400 millones de diabéticos podría duplicarse en menos de 30 años. El problema de la diabetes está en las complicaciones de la enfermedad que provocan gran sufrimiento y muerte prematura”.
Además, el profesional detalló que “las consecuencias de la diabetes se deben principalmente a un fenómeno conocido como glicosilación o glicación no enzimática de las proteínas y lípidos, y hasta el ADN de las células. La glicosilación inducida por el exceso de azúcar en la sangre provoca un entrecruzamiento entre las moléculas e inactiva las funciones celulares normales, afectando los vasos sanguíneos del corazón, el cerebro, de los miembros inferiores y el riñón, y también afecta los nervios y la retina. Al menos el 50 por ciento de los pacientes diabéticos morirá de enfermedades cardiovasculares”, alertó el médico.
¿A qué tipo de diabetes se refiere esta epidemia?
Según Schlimovich “existen varios tipos de diabetes mellitus, las más conocidas son la Tipo 1 o insulino dependiente (que es autoinmune y de comienzo juvenil), y la Tipo 2 o insulino no dependiente (que es multifactorial y se da en el adulto) pero, demás, están la diabetes ideopática (sin causa aparente) y la gestacional (que aparece en el embarazo). Entre el 85-90 por ciento de todas las diabetes corresponde a las de tipo 2, y es la clase de diabetes que más crece. Tradicionalmente se manifestaba en personas a partir de los 40-50 años de dad, pero ahora se está dando también en personas más jóvenes y en los chicos”. “Esto es muy grave”, acotó el profesional, “ya que los mismos factores que causan la diabetes en el adulto se han trasladado a los niños”.
¿Por qué no se puede frenar la epidemia?
Para el especialista las causas son varias, “existen tres factores principales que favorecen la diabetes tipo 2: de estilo de vida, ambientales, y sistema de atención sanitaria. La causa más importante del crecimiento escalonado de la diabetes es la obesidad, que es la consecuencia de los malos hábitos de vida, que incluye: mala alimentación, falta de actividad física adecuada y mal manejo de las tensiones diarias”.
También “se ha demostrado que la exposición crónica a numerosos contaminantes ambientales que actúan como disruptores endocrinos (DEs) pueden provocar diabetes, entre otras enfermedades. Por otra parte, el sistema de atención de la salud está más abocado a tratar la enfermedad que a prevenirla. Aún cuando la enfermedad se declara, la mayoría de los tratamientos giran en base a una medicación que promete controlar la enfermedad, y el apoyo médico para los cambios del estilo de vida brilla por su ausencia o es insuficiente en la mayoría de los casos. La razón es muy simple, la –píldora mágica- actúa por si misma, en cambio, modificar las conductas y contrarrestar los factores ambientales lleva tiempo y esfuerzo. Aún cuando la medicación mejore los niveles de glucosa en sangre, las causas que provocan su aumento seguirán existiendo”.
El número de pre-diabéticos duplica al de la diabetes
“Antes de que la diabetes tipo 2 se manifieste en una persona, casi siempre tiene “pre-diabetes”, es decir, niveles de glucosa en la sangre mayores que los normales pero no lo suficientemente altos como para diagnosticar diabetes (es lo que reconoce como intolerancia a la glucosa y alteración de la glucosa en ayunas)”.
“Según datos de 2014 extraídos de la Asociación de Diabetes Americana (ADA) en los Estados Unidos, habría actualmente cerca de 42 millones de personas entre 40 y 74 años que tienen pre-diabetes, lo que representa más del 13.2 por ciento de la población. Si trasladamos estos porcentajes a nuestro país, alrededor de 6 millones de argentinos tendrían algún tipo de pre-diabetes”. Para Schlimovich, estas cifras podrían ser aún mayores, ya que existe un sub-registro de la pre-enfermedad, como sucede con la diabetes y otras tantas enfermedades crónicas no transmisibles (Ecnt).
“Algunos estudios indican que al menos el 11 por ciento de estas personas serán diabéticas cada año, lo cual sugiere que en menos de 10 años, todas ellas contraerán la enfermedad. Recientes investigaciones demuestran que algunos daños producidos al cuerpo a largo plazo, particularmente al corazón y al sistema circulatorio, tal vez se producen durante la pre-diabetes. Las investigaciones también han demostrado que si se toman medidas efectivas para controlar el nivel de glucosa en la sangre cuando se tiene pre-diabetes, es posible que se retrase o prevenga para siempre la aparición de la diabetes tipo 2”.
¿Cómo se detectan la diabetes y la pre-diabetes?
“La diabetes es un enfermedad que no da signos y síntomas durante mucho tiempo, de ahí la importancia de su detección temprana en la diabetes latente. Si bien hay algunos signos o síntomas son muy conocidos por la mayoría de la gente, como son el aumento de la sed y la frecuencia de ir a orinar, el descenso de peso y el aumento del apetito; hay otros que no lo son tanto, como es el caso de los antecedentes familiares y la diabetes gestacional, y los niveles elevados de triglicéridos en sangre, conocidos como factores de riesgo para la enfermedad”.
“Para determinar si un paciente tiene diabetes latente (pre-diabetes) o diabetes, los profesionales de la salud realizan una prueba de glucosa en el plasma en ayunas (GPA) o una prueba oral de tolerancia a la glucosa (Potg). Con cualquiera de esas dos pruebas se puede diagnosticar la diabetes o la diabetes latente. Si en la prueba de GPA se detecta un nivel de glucosa en sangre en ayunas entre 100 y 125 mg/dl, significa que la persona tiene una diabetes latente. Una persona con un nivel de glucosa en sangre en ayunas de 126 mg/dl o superior es signo de que padece diabetes”.
El médico aseveró que “en la prueba Potg, se mide el nivel de glucosa en la sangre después del ayuno y dos horas después de ingerir una bebida rica en glucosa. El nivel normal de glucosa en ayunas es menor a 140 mg/dl dos horas después de haber ingerido la bebida. En el caso de pre-diabetes, el nivel de glucosa en la sangre a las dos horas es de 140 a 199 mg/dL. Si el nivel de glucosa en la sangre, después de las dos horas, aumenta a 200 mg/dL o más, esa persona ha adquirido diabetes”.
¿Qué se puede hacer para frenar la diabetes?
“Desde hace mucho tiempo se sabe que la causa de la diabetes tipo 2 es multifactorial y que los factores que la determinan son absolutamente prevenibles. Es necesario establecer verdaderos programas de promoción de la salud para prevenir especialmente los estados previos a la instalación de la enfermedad que es la pre-diabetes”.
Por eso, Schlimovich explicó a AIM que “cuando se refiere a verdaderos programas, quiere decir que, si bien es importante realizar determinaciones de glucemias o hemoglobinas glicosiladas (HbA1c) en los grupos poblacionales de riesgo, es igual o más importante aún concientizar y educar sobre los buenos hábitos de vida y actuar sobre los factores ambientales que son los verdaderos responsables de la enfermedad. Es precisamente aquí donde existe la gran oportunidad de revertir la epidemia de la diabetes, y esto puede lograrse con la aplicación de medidas simples y efectivas sostenidas en el tiempo”.
El año del personal de enfermería
El tema del Día Mundial de la Diabetes 2020 es El personal de enfermería y la Diabetes. La campaña tiene como objetivo crear conciencia en torno al papel crucial que el personal de enfermería juega en el apoyo a las personas que viven con diabetes.
La diabetes es una enfermedad que a nivel global afecta a más de 463 millones de personas, de los cuales 32 millones son de América del Sur y Central de acuerdo a la Federación Internacional de Diabetes.
Según el último estudio realizado en 2017 de la Federación Internacional de la Diabetes, para el año 2045 el número de afectados ascenderá a 629 millones. En Argentina, la prevalencia de diabetes es más del 11 por ciento y continúa creciendo: según la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizada en 2019 por la dirección Nacional de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades Crónicas no Transmisibles, hubo un incremento de casi tres puntos respecto a la última medición realizada en 2013.