La víctima, padre de cuatro hijos, fue acuchillada y luego desmembrada con un hacha.
Miguel Alejandro Pereyra (41), el jardinero asesinado y descuartizado por un escribano, había estado detenido en 2005. La carátula de la causa fue “hurto simple en grado de tentativa y violación de domicilio” y la investigación estuvo a cargo de la UFI N° 2 de Morón.
Pereyra tenía cuatro hijos. Su DNI fue hallado en el auto de Ricardo Baladía (56), a la vera del Río Luján, adonde el escribano había ido a descartar su cuerpo, al que había descuartizado con un hacha.
Las fuentes consultadas por Clarín revelaron que el asesinato fue en la escribanía. Pereyra fue apuñalado, aparentemente con un cuchillo tipo tramontina, y desmembrado con un hacha.
Según el informe preliminar de la autopsia, la víctima falleció producto de una herida de arma blanca a la altura del tórax que le afectó el corazón y vasos vitales.
El escribano Ricardo Baladía (56), tras su detención.
El hombre llevaba más de un año trabajando como jardinero en la casa del escribano, en Morón.
Cuando lo detuvieron, Baladía le dijo a la Policía que había matado a ese hombre porque le había robado en su escribanía.
En ese negocio, en la calle Almirante Brown 1085, de Morón, se encontraron numerosas manchas de sangre (en las paredes, el piso y el techo) y se secuestraron vainas servidas, un cuchillo y una hidrolavadora.
Además, cuando aplicaron luminol en el piso quedó reflejada la silueta del hacha que encontraron al atrapar al escribano descartando las partes del cuerpo, que fueron recuperadas por la Policía y trasladadas a la morgue de Chivilcoy.
Según Télam, eran alrededor de las 21 del miércoles cuando un vecino vio un auto sospechoso detenido y escuchó que arrojaban algo al agua, por lo que se comunicó con la secretaría de Seguridad de Luján, desde donde enviaron un móvil policial.
Al acercarse al auto, un BMW plateado modelo 528, patente CRE834, los policías vieron a un hombre con las manos con sangre y advirtieron que acababa de arrojar al río una valija que al ser recuperada estaba vacía pero ensangrentada.
Los agentes entonces el torso de un cadáver embolsado con la cabeza destruida y un balde con otros restos humanos en el baúl del vehículo.
El auto del escribano en el lugar donde descartó el cuerpo descuartizado de su jardinero.
Baladía quedó detenido en el lugar. Le secuestraron 20.700 dólares y al principio dio varias versiones extrajudiciales contradictorias respecto de quién era la víctima.
“Primero dijo que era una mujer. Después apareció en el auto una billetera con el DNI de un hombre que presumimos es la víctima”, explicó un vocero. Luego sus familiares lo reconocerían por sus tatuajes.
El escribano cambió de versión y, en una autoincriminación sin valor legal, le confesó a la Policía que había matado a ese hombre y descuartizado por una discusión por dinero, ya que lo había denunciado a él y a su mujer por haberle robado de la escribanía una suma cercana a los 50.000 dólares.
Pereyra tenía en el DNI una dirección en Castelar, pero no había hecho cambio de su domicilio que en la actualidad era en Villa Tesei, partido de Hurlingham, donde localizaron a su pareja.