En la Cámara de Diputados, los distintos bloques de la oposición aceleraron la rosca de conversaciones para definir la estrategia con la que buscarán abrir el recinto para tratar diversos temas que son incómodos para el Gobierno, como el cripto escándalo Libra, las mejoras previsionales y la emergencia en Discapacidad.
Cuando se reprogramaron las interpelaciones de los ministros Luis Caputo (Economía) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia) para este miércoles 14 de mayo, la oposición pensó en un primer momento usar esa misma fecha para someter al pleno del recinto la decisión sobre quién ocupará la presidencia de la comisión investigadora Libra.
También se especuló con la posibilidad de incluir en la misma sesión, unos días antes de los comicios porteños, los dictámenes sobre la declaración de la emergencia en Discapacidad y los proyectos sobre moratoria previsional y actualización del bono jubilatorio.
La jugada de convocar una sesión a pocos días de las elecciones -a las que el sistema político les dio una envergadura con impacto nacional- podría haber contribuido a condicionar a sectores políticos como la UCR y el PRO que venían alineándose al Gobierno pero que podrían virar de actitud para no pagar costos electorales inmediatos.
Estos bloques aliados al oficialismo podrían pagar muy caro en las urnas si le dieran la espalda a jubilados y discapacitados con el único fin de inmolarse por un Gobierno que ni siquiera los integra en los frentes electorales que vienen cerrándose en las distintas provincias.
La forma ambigua en que el Poder Ejecutivo operó en el fracaso de Ficha Limpia en el Senado de la desidia con la que el oficialismo cuida a sus aliados naturales.
Más allá de que la oposición es consciente del malestar y la sensibilidad a flor de piel que existe en el PRO por el desengaño con el Gobierno vinculado a Ficha Limpia, la postura predominante por estas horas en la oposición es no apurar los tiempos ni “mezclar todos los temas” porque la apuesta puede salir mal.
“Al principio lo pensamos pero luego vimos que la estantería se puede caer si mezclamos todos los temas”, señaló a la agencia Noticias Argentinas un prominente diputado nacional clave en las negociaciones de la oposición.
La idea, a priori, sería dejar pasar la sesión del 14 de mayo, a la que muy probablemente se ausenten los dos ministros interpelados, y apuntar los cañones a la semana siguiente, aunque se pierda la oportunidad de hacerle pagar costos electorales al Gobierno y sus aliados en los comicios porteños.
Según deslizó, utilizar la sesión del miércoles próximo para plantear la votación de la presidencia de la comisión investigadora Libra podría conllevar impugnaciones de tipo constitucional.
“Pondría en riesgo el quórum y el tema Libra no queremos que sirva para hacer pagar costos coyunturales sino para hacer una investigación seria que traiga alguna conclusión creíble. Para eso es preferible hacerlo bien, con quórum garantizado y estrategia ordenada. Si se mete el ruido de las elecciones de CABA corremos riesgos de que todo salga mal y eso sea peor”, argumentó.
La misma fuente reveló que hasta podrían realizarse tres sesiones diferentes llegado el caso: una para Libra, otra por temas previsionales y otra por Discapacidad.
“Porque por Discapacidad se bajan diputados de gobernadores debido al costo fiscal. Previsional tiene más costo fiscal pero para los Gobiernos provinciales tiene más rédito”, comparó.
Más allá de las discusiones sobre el timing político y el sentido de la oportunidad para lanzar la ofensiva, lo cierto es que este abroquelamiento opositor deja en evidencia un modus operandi similar al que tuvo el “Grupo A” durante la presidencia de Cristina Kirchner.
Una década más tarde, se invirtieron los roles y ahora el kirchnerismo ya no es el adversario a vencer sino parte protagónica del nuevo “Grupo A”.