Basavilbaso celebra sus primeros 134 años de historia

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Los primeros antecedentes sobre la ocupación de la zona hay que buscarlos en la estancia que poseía Manuel Basavilbaso la que, de acuerdo a la tradición local, tenía un puesto exactamente donde hoy se levanta Basavilbaso; el paraje se denominó Basavilbaso desde el siglo XIX.

En 1880 se radicaron en la zona, llegados de Italia, Giuseppe Alberto Bellingeri, y su familia. Comenzó a trabajar como puestero de la Estancia de Basavilbaso y luego le compró una parcela, construyó su casa, y la acondicionó como pulpería y posta de la zona.

Cuando se activó el servicio de trenes sumó a sus actividades económicas el suministrar la leña para las máquinas.

La colonia de Lucienville había logrado autonomía, los inmigrantes llegaban espontáneamente a engrosar su población, por su parte poco a poco la estación Basavilbaso, se convertía en un nudo ferroviario. Allí se cruzaban las líneas que unían Paraná con Concepción del Uruguay; y Buenos Aires con Concordia de gran importancia en el sur de la provincia. Además de los ramales Basavilbaso- Villaguay y Basavilbaso-Gualeguaychú los que fueron autorizado por Ley provincial del 7 de enero de 1887.En el kilómetro 282, se había instalado una estación de tercera categoría a la que se denominó “Gobernador Basavilbaso” (en honor al gobernador de Entre Ríos entre 1887 y 1891) El nombre de la estación se adoptó por ley el 23 de agosto de 1887.

 

El tren había llegado en 1887 un 30 de junio fecha que se toma como fecha oficial de fundación.

Es la estación y la actividad relacionada con ella la que convoca al primer grupo de inmigrantes italianos los que se ubican en los alrededores. En 1892 se sumaron los inmigrantes judíos. Estos, se fueron instalando en forma perpendicular a las vías del ferrocarril.

La estación como en tanto otros pueblos de la provincia de entonces, era el lugar de encuentro, de paseo, de partida, y ejerció una importante atracción en los colonos judíos que preferían trasladarse e instalarse en sus cercanías para ejercer el comercio.

La primera traza del pueblo y colonia la realizó el agrimensor Barreiro en 1888. La misma se dispuso en el centro de la colonia y la planta urbana al sur de la misma. Esta traza tiene origen en un proyecto de 1916.

En 1921 la estación fue trasladada hacia el sur, ubicándose los talleres en el centro, estos además de afectar la trama urbana y el tránsito fueron un importante fuente de trabajo.

Basavilbaso creció en forma notoria entre 1900 y 1950. El censo de 1916 le otorgó 2.048 habitantes. Veinte años después, poseía una población aproximada, de 6.638 habitantes.

En una guía comercial de la época se lee: “Se trata de uno de los pueblos más progresistas de la provincia (…) Durante el año pasado se han levantado más de 100 edificios. Cuenta con alumbrado público. Hay una sucursal del Banco de la Nación Delegación de policía Receptoría de Renta, una Escuela Nacional y dos provinciales, oficina de Correos y telégrafo de la Nación, y oficina de telégrafo y teléfono de la provincia. Dos bibliotecas y Junta de Fomento”.

Paralelamente crecían sus comercios, industrias, y servicios que demandaban la participación de Barracas, almacenes, farmacias, herrerías, carpinterías. Fábricas de fideos, caramelos, hielo, manteca, ladrillos, mosaicos, y Molinos harineros.

La salud de la comunidad se atendía en el hospital “Centenario” con asistencia de médicos y parteras. Y en los momentos de recreación asistían a bares, billares y cinematógrafos.

Se creó por decreto del 5 de mayo de 1917 una Junta de Fomento y en 1938, es elevada a la categoría de ciudad mediante Decreto del 10/12/38 y en 1940 el 30% de su población era judía.

La misma muestra un crecimiento levemente ascendente. El análisis ocupacional de la misma muestra el impacto del cierre de los talleres y del servicio ferroviario con un aumento de desocupados o sub-ocupados y la composición étnica muestra una marcada ausencia del grupo primitivo de judíos que emigró a ciudades más importantes ocupando esos nichos criollos o descendientes de otros grupos generalmente de religión católica.

Las religiones que tienen su templo en la localidad son: Católica: Parroquia San José Obrero. La JCA donó el terreno para la construcción de la misma en 1915; Iglesia Evangélica Congregacional (1944), Iglesia Evangélica Luterana (1955), Iglesia Evangélica Río de la Plata (1924) e Israelita (1912).

Estuvo conectada al resto de la provincia y del país por el ferrocarril hasta 1992, año en que se suspendieron los servicios de traslado de pasajeros y los de cargas. Actualmente hay intentos de habilitarlo nuevamente.

La ciudad está unida a otras ciudades por las rutas pavimentadas Provincial Nº 39 asfaltada que conecta Basavilbaso con Paraná y Concepción del Uruguay y la provincial Nº 20, Son sus localidades vecinas: Villa Mantero, Gilbert, y Rosario del Tala.

Las principales actividades económicas siguen siendo la agricultura (arroz), la cría y engorde de ganado vacuno, cría de aves.

La educación es atendida por escuelas primarias, secundarias y superiores no universitarias y la salud por un hospital nivel IV de más de 60 camas y un centro de salud.

Posee centros recreativos y culturales: clubes, bibliotecas, y museos. En realidad toda la ciudad es un museo, preservada por sus pobladores, donde se conservan tres sinagogas (incluido un templo rancho), dos cementerios judíos, la cooperativa agrícola y numerosas casas antiguas.

Una recorrida por la ciudad permitirá observar la Sede de la Asociación Israelita de Basavilbaso; Sinagoga Beit Abrahan o de los artesanos, sinagoga Tefila L´ Moises, Cooperativa Lucienville, Biblioteca popular, estación ferroviaria, casa de Urquiza, Granero de los Colonos, Museo del riel, Monumento al Centenario de la Colonia de Lucienville.

A pocos metros de la planta urbana se encuentran la sinagoga y cementerio de la Colonia Novibuco I; cementerio de la colonia Nº 3, la casa de Paloma Efron (Blackie) y la Sito Borodovsky (el “Gaucho Judio”).

Esta ciudad forma parte de la Micro región Turística “Colonias Judías” con su “Circuito Histórico de las Colonias Judías”.

Basavilbaso es también una ciudad termal. Las aguas saladas cálidas surgen desde los 1.256m de profundidad. Estas se entregan a los usuarios en cuatro piletas pasivas con hidrojets, una pileta cubierta y una recreativa para niños. Todas ellas enmarcadas por un parque que ocupa una loma, típico paisaje de Entre Ríos.

Créditos fotografía:
Jorge Corra