En el corazón de una vida centenaria, Eduardo Claret abre las puertas de su hogar con la calidez de quien ha visto pasar la historia desde adentro. A sus 99 años y con 76 de socio en La Fraternidad, es testigo y protagonista de épocas que marcaron al país.
Con la lucidez intacta, comparte anécdotas que recorren tiempos de dictaduras y democracia, con la misma pasión con la que ha dedicado su vida a la fraternidad y la memoria colectiva. Su relato es un puente entre generaciones, un testimonio vivo de resiliencia y compromiso.
En las últimas horas, Eduardo, fue visitado por integrantes del Sindicato La Fraternidad, quienes se nutrieron de historia gremial, política y social.
