34% de las escuelas estatales aún envía material impreso a sus alumnos y menos del 20% dicta clases por videollamadas

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Según un relevamiento de escuelas primarias estatales de todo el país, en los primeros meses del ciclo lectivo los medios más utilizados para ofrecer educación remota fueron los materiales impresos y el envío de archivos digitales. Las clases sincrónicas y las plataformas educativas fueron usadas en menos del 20% de las escuelas relevadas.

Durante la primera etapa del ciclo lectivo 2021 en Argentina, caracterizado mayormente por la bimodalidad, la mitad de las escuelas primarias estatales (48,8%) proponían actividades pedagógicas a sus alumnos los días en que no había presencialidad, mientras que el 25,6% no lo hacía. Las clases no presenciales se realizaban por medio de materiales impresos (34,1%) y envío de archivos digitales (28,8%). Un 19,6% de las escuelas utilizó clases sincrónicas por videollamadas (Zoom, Meet, etc), mientras que solo el 8,0% optó por utilizar una plataforma educativa (Google Classroom, Moodle, etc), según los datos de una muestra representativa a nivel nacional.

Los datos surgen del informe “Vínculo educativo y experiencia pedagógica en la reapertura escolar”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Melina Furman (Universidad de San Andrés), Víctor Volman y Federico Braga. El documento indaga en las características de la vuelta a clases en Argentina en 2021, con foco en el vínculo remoto con la escuela y la modalidad de las tareas educativas, entre otras cuestiones. El informe anterior se centró en el formato de la vuelta a clases y la implementación de los protocolos en las escuelas.

Los nuevos datos se basan en un relevamiento a familias de estudiantes de escuelas primarias estatales de educación común y de ámbito urbano con una muestra representativa de todo el país. El relevamiento se llevó adelante entre el 29 de marzo y el 18 de abril de 2021, antes de la implementación de las medidas gubernamentales que desde el 19 de abril restringieron la presencialidad escolar en algunas jurisdicciones.

Los datos representativos a nivel nacional muestran que la modalidad generalizada de la vuelta a clases fue híbrida (combinando lo presencial y lo remoto): 3 de cada 4 (75,2%) escuelas primarias estatales urbanas optaron por la bimodalidad en el inicio del ciclo lectivo, según un informe previo del Observatorio de Argentinos por la Educación. En este contexto, el 73,4% de las familias relevadas afirman que los estudiantes disponen de los medios adecuados en el hogar para poder realizar las actividades virtuales, mientras que el 26,6% no cuenta con los medios necesarios para la virtualidad, como buen acceso a internet y dispositivos apropiados para trabajar desde casa.

Brechas de acceso y desigualdades educativas

El 47,6% de las familias señala que los estudiantes destinaron entre dos y cuatro horas diarias a actividades escolares, mientras que el 39,0% dedicó menos de dos horas. El 11,0% dedicó más de cuatro horas, el 2,4% de los alumnos no dedica tiempo a tareas escolares en el hogar. Estos datos de carácter exploratorio sugieren que un gran número de estudiantes destina menos tiempo a sus estudios en la modalidad virtual que en la presencial.

“Aún tenemos una brecha de acceso a la tecnología que debemos saldar para que los niños puedan acceder a la educación virtual. Una de cada cuatro familias no tiene acceso a internet ni computadora para estudiar desde casa. Sabemos que en 2020 las desigualdades educativas que ya teníamos se ampliaron mucho –señala Melina Furman, coautora del informe–. Este año las escuelas están trabajando en un formato híbrido, que combina la presencialidad con lo remoto, y en ese sentido estamos mejor. Pero la experiencia educativa que los chicos tienen los días en que no van a la escuela es, como vemos en el informe, de menor intensidad: en su mayoría es de menos de 4 horas diarias”.

“Con materiales impresos, Whatsapp o clases sincrónicas, hay dos grandes desafíos para el sistema educativo. El primero es cómo lograr conectar con los intereses y motivaciones de los y las estudiantes para aprender. El segundo es cómo utilizar todos los recursos disponibles para ir dando devolución y retroalimentación a los y las estudiantes. Cada recurso presenta sus propias ventajas y dificultades para esta retroalimentación. Sin este diálogo entre docentes, estudiantes y familias, la cosecha será muy magra. Hay mucha voluntad tanto en docentes como en familias, y se requiere un gran liderazgo técnico y político para proponer cursos de acción viables y potentes para el aprendizaje”, plantea Irene Kit, pedagoga y presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos.

Baja conformidad con los aprendizajes

El 85,5% de las familias relevadas señalan que los estudiantes tuvieron educación remota durante 2020, mientras que el 14,5% que no tuvo continuidad pedagógica. Al indagar sobre la experiencia educativa de 2020, el 52,7% de las familias respondientes dicen estar disconformes respecto al aprendizaje del alumno, ya que consideran que aprendió menos que en la modalidad presencial. El 31,7% de las familias participantes del relevamiento no se encuentran conformes ni disconformes, y solo el 15,6% de las familias afirman estar conformes y consideran que el alumno aprendió lo mismo que asistiendo a clases presenciales. Estas respuestas son de carácter exploratorio.

Tres de cada cuatro familias relevadas (74,0%) prefieren que, cuando pase la pandemia de COVID-19, la escolaridad vuelva a ser únicamente presencial. A una de cada cuatro familias (24,0%) le gustaría mantener un formato bimodal que alterne entre educación presencial y virtual. Es mínimo el porcentaje de familias que optarían por una educación únicamente virtual (2,0%).

“El inicio del ciclo lectivo 2021 habilitó a nivel nacional un ajustado período de presencialidad que ha permitido transitar las primeras experiencias de lo que parece ir constituyéndose en una nueva modalidad educativa. La modalidad híbrida, según muestra el informe, se configura de forma diversa y va impregnando las prácticas docentes, las experiencias de los estudiantes y también la organización de los hogares. Resulta interesante que un cuarto de los padres y madres consultados esperan que en un escenario de vuelta a la normalidad, esta modalidad continúe”, reflexiona María Cortelezzi, consultora de evaluación educativa.

Gerardo Adrián Suárez, profesor y doctor en Educación, concluye: “La pandemia nos ha llevado a la fuerza a buscar alternativas a la presencialidad: modelos bimodales, híbridos, semipresenciales, etc.; todos basados en una ‘presencialidad virtual’. Esta no tiene la lógica, ni la decisión previa de sus actores principales (docentes y alumnos), ni el soporte tecnológico propios de la educación a distancia. Por eso, es lógico que las familias prefieran volver a la presencialidad”.

Fuente: Observatorio Argentinos por la Educación